Demencia senil: su prevención
Pérdida de memoria, ansiedad, cambios bruscos de personalidad, estrés, delirio de persecución y aislamiento social son síntomas de la demencia senil. El deterioro cognitivo leve, más conocido como demencia senil, es un problema común al 16% de la población mayor de 70 años. Las demencias (Enfermedad de Alzheimer, Enfermedad de Parkinson con demencia y otros trastornos relacionados) son probablemente los trastornos clínicos más importantes de nuestro tiempo en términos de sobrecarga para los individuos afectados y sus familias y, desde luego, de coste para la sociedad. La Enfermedad de Alzheimer supone entre el 60% y el 80 % de los casos de demencia.
Se estima que en España hay actualmente entre 600.000 y 1 millón de pacientes diagnosticados de la Enfermedad de Alzheimer, el principal tipo de demencia a partir de los 65 años de edad. Cada año aparecen en nuestro país casi 100.000 nuevos casos de la enfermedad en lo que se ha calificado casi como una verdadera epidemia, que tanto preocupa a la sociedad, a los expertos y a las autoridades.
Que podemos hacer para poner freno a estas demencias?
Dicen que ejercitar la mente no sólo mantiene el cerebro en forma, sino que frena el proceso de pérdida de facultades propio de la edad. Médicos y científicos de todo el mundo lo recuerdan: la mejor forma de mantener el cerebro en perfecto rendimiento es utilizarlo. La mente necesita entrenamiento y conviene ejercitarla. Leer, hacer pasatiempos, realizar juegos de memoria y mantener una vida social activa. Esta relación entre el ejercicio del cerebro y su correcto funcionamiento es de vital importancia en personas de edad avanzada, ya que puede resultar clave para combatir el deterioro cognitivo leve y, en algunos casos, el Alzheimer.
Se debe también, relacionarse con el entorno para que nuestro cerebro no sufra los efectos del tiempo. Se recomienda mantener relación no solo con nuestros familiares y amigos de toda la vida, sino también con otras personas, por ejemplo acudiendo a centros cívicos y sociales. Allí podremos conocer gente nueva, con intereses y gustos similares a los nuestros… y además, ejercitaremos así nuestra memoria al tener que recordar caras nuevas y nuevos nombres.
Algunos estudios han comprobado que seguir la llamada dieta mediterránea puede ayudar a reducir el riesgo de padecer demencia y prevenir que la misma progrese y convierta en Alzheimer. Se trata de una dieta alta en frutas y verduras, las cuales son ricas en antioxidantes y vitaminas, y en alimentos cargados de ácidos grasos omega 3. Además, se recomienda incrementar el consumo de la vitamina B6. Esta vitamina ayuda enormemente a reducir el deterioro de la función cognitiva, y puede encontrarse en alimentos como cereales, nueces, pescados y algunas legumbres.
Establecer horarios y rutinas. Crear una rutina con las actividades del día a día y estipular las horas para cada una de ellas puede funcionar como una estrategia para adiestrar la mente y mejorar la memoria.
Aunque no existen evidencias sólidas de que algún cambio de estilo de vida pueda prevenir esta enfermedad, muchos estudios científicos muestran que los comportamientos explicados en el articulo pueden ayudar a proteger contra el deterioro mental.